Francisco Garau (1640-1701) nació en Girona en el seno de una familia de artesanos relacionada con el gremio de la lana. Formado en la Compañía de Jesús, fue un hombre muy culto, que dedicó su vida a la enseñanza de las Humanidades y la teología como catedrático del colegio jesuita de Barcelona, hasta llegar a convertirse en rector de este. Además, en 1701 fue calificador del Santo oficio, cargo que desempeñó hasta su fallecimiento en Barcelona ese mismo año. Realizó importantes aportaciones a la literatura emblemática y moral de finales del siglo XVII, lo que le permitió tener una amplia producción y adquirir fama.
Durante los primeros años de circulación de sus obras, estas se publicaron sin ilustraciones y tanto de manera conjunta como en volúmenes independientes. Sin embargo, el punto de inflexión llegó en 1690 cuando se imprimió en Valencia una edición de El sabio instruido de la naturaleza que incorporaba grabados, convirtiéndose en un verdadero libro de emblemas. Por su parte, la universidad de Valladolid conserva un ejemplar de una edición anterior, sin grabados, de 1675, editado en Barcelona por Vicente Suriá. Las obras de Francisco Garau han sido, a menudo, clasificadas como fábulas moralizantes o repertorios útiles para la predicación. Esta visión la explica el propio autor en el prólogo, donde manifiesta una inclinación hacia la fábula y muestra una gran admiración hacia Esopo, más que hacia el género de la emblemática. Sin embargo, al analizar la estructura y el contenido de la obra, se demuestra que se puede realizar una lectura puramente emblemática, aunque los textos también dialoguen con la fábula o el sermón.
El Sabio instruido de la naturaleza en cuarenta máximas políticas y morales está organizado en cuarenta relatos, a los que el autor denomina “ficciones”, entendidos como formas de representar al mundo mediante el engaño y las apariencias. En las ediciones ilustradas la composición del relato adopta la estructura clásica del emblema con pictura, mote y comentario, mientras que en las ediciones anteriores el peso de la enseñanza recae solo en el texto escrito. Cada ficción sigue la estructura básica de fábula y comentario, comenzando con un relato breve que expone la moraleja, seguido de un comentario más extenso que intenta transmitir un mensaje moral y espiritual. Estos textos se basan en fragmentos bíblicos que permiten dejar espacio al lector para una libre reflexión, transmitiéndole enseñanzas sobre la prudencia, la virtud y la interpretación de la naturaleza. Con todo ello, las obras emblemáticas de Francisco Garau se erigen como un ejemplo destacado del género y ofrecen una perspectiva fundamental sobre la cultura española de finales del siglo XVII.
Bibliografía
Garau, Francisco (1675). El sabio instruido de la naturaleza: en quarenta máximas políticas y morales. Barcelona: en casa Cormellas por Vicente Suirá.
Laura Paredes Rubio



 
	