Nacido en Bolonia en el año 1488, Achille Bocchi recibió una educación humanística que le permitió ejercer con tan solo 20 años como profesor de latín y griego y, más tarde, también de retórica y poesía, en la Universidad de Bolonia. En 1508 publicó su primer trabajo filológico, la obra Apologia in Plautum y, en 1512, la traducción al italiano de la Vita di Cicerone escrita por Plutarco. Esta última estuvo dedicada al cardenal Achille Grassi, tío de su mujer, Taddea Grassi, con la que tuvo seis hijos. Además de su vocación humanista, demostró grandes dotes para los negocios y la diplomacia, lo que le llevó a reunir una gran fortuna. Desde 1517, también trabajo en una obra sobre la historia de su ciudad natal por encargo del Senado boloñés. Sin embargo, esta quedó incompleta, por lo que su hijo Pirro se hizo cargo de continuar el trabajo iniciado por su padre.
Tras consolidar su carrera y mejorar su situación económica, encargó construir el Palazzo Bocchi en Bolonia utilizando diseños del arquitecto y tratadista Jacopo Vignola. En 1546, constituyó en él la Academia Bocchiana, después llamada Hermathena, amparado por el Papa Paolo III y Alejandro Farnesio.

Sobre el almohadillado rústico de su palacio se divisan dos inscripciones originales. Una en hebreo que dice “¡Líbrame de los mentirosos, Dios! Sonríen tan dulcemente, pero mienten a través de sus dientes” (salmo 120); y otra en latín, tomada de la Epístola 1 por Horacio, que dice “Rex eris, aiunt, si recte facies” (“haz bien, serás coronado”). A través de la fachada, Bocchi logra transmitir, por un lado, su poder y, por otro, su papel como mecenas de las artes y de la cultura humanista. En este marco, promulga que las enseñanzas más relevantes de la vida —que son aquellas de carácter moral— tan solo están al alcance de los sabios.
Su obra más célebre es Symbolicarum quaestionum de universo genere quas serio ludebat libri quinque, publicado por primera vez en Bolonia en el año 1555. Posteriormente, en 1574 se publicó una segunda edición que introducía nuevas ilustraciones retocadas por el pintor boloñés Agostino Carracci. Precisamente, a esta segunda edición pertenece el ejemplar conservado en la Biblioteca Histórica de Santa Cruz (U/Bc 09106).
Compuesta por 151 emblemas canónicos, presenta los emblemas en páginas enfrentadas, disponiendo el mote y la pictura en la derecha y el epigrama en la izquierda. Su novedosa estructura dejó una gran impronta en el mundo de la literatura emblemática, siendo copiada posteriormente por autores como Horozco o Juan de Borja. Las ilustraciones fueron diseñadas por Prospero Fontana —quien también realizó pinturas al fresco en el interior del palacio Bocchi— y grabadas mediante xilografía por Giulio Bonasone.
Como revela su título, la obra se compone de cinco libros, en los que se integran categorías sobre física, moral y filología. En la introducción, Bocchi reflexiona acerca de la naturaleza del símbolo. Para él, los símbolos encierran los significados y enseñanzas más importantes de la vida. Por ello, concluye que éstos tan solo pueden ser desentrañados por los eruditos.
Bibliografía
Wind, Edgar (1998): Los misterios paganos del Renacimiento, Madrid, Alianza Editorial.
Guillermo del Olmo Ramiro






