
La miniatura e divide en tres partes que distribuyen la escena. En la parte superior Dios en su trono recibe las almas de los mártires, conducidas por un ángel, mientras los enemigos caen postrados. En la parte inferior se representa un terremoto.
11.Pero pasados los tres días y medio, un espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos; se pusieron de pie, lo que provocó gran espanto entre los mirones. 12.Entonces una voz poderosa les gritó desde el cielo: «Suban.» Y subieron al cielo en medio de la nube, a la vista de sus enemigos. 13.En ese momento se produjo un violento terremoto y se derrumbó la décima parte de la ciudad, pereciendo en el cataclismo siete mil personas. Los supervivientes se llenaron de espanto y reconocieron al Dios del cielo. 14.El segundo ¡Ay! ya pasó. El tercero está para llegar en seguida. (Apocalipsis 11,11-14)