La pieza más antigua y valiosa de la Biblioteca Histórica de Santa Cruz es una copia de Los Comentarios al Apocalipsis San Juan, de Beato de Liébana realizada por el presbítero Oveco en el Monasterio de Valcavado en el año 970. Se trata de un manuscrito mozárabe sobre pergamino mandado copiar por el abad Sempronio,...

Universidad de Valladolid

Curado por: Coleccion 02 Beato

Miniaturas

Imagen

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Los justos en el trono y las almas de los mártires (fol. 176r.)

Título: Comentarios al Apocalipsis, con varios prólogos e interpolaciones y seguido de la explicación del libro del profeta Daniel por san Jerónimo. Con miniaturas de Oveco
Fecha: 970
Signatura: U/Bc Ms 433
Formato(s): Manuscrito
Tema(s): Miniaturas

La miniatura ocupa casi toda la página en su parte superior. En un marco elaborado se divide la escena en tres planos, definidos por franjas de color. Azul oscuro en la superior, amarillo y púrpura en la inferior. En la amarilla, con la cabeza de Cristo elevándose a la superior, se representa al altísimo en su trono y en menor tamaño 11 figuras sentadas en bancos que representan a los justos. Parece representarse una lección ex cathedra. Sobre la franja inferior hay 9 columnas de figuras con tres pájaros en cada una de ella, las 8 primeras con las aves enfrentadas y alternando blancas y negras, que representan las almas de los mártires decapitados.

4.También vi unos tronos, y sentados en ellos los que tienen poder para juzgar. Vi también las almas de aquellos a quienes les cortaron la cabeza por causa de las enseñanzas de Jesús y de la Palabra de Dios. Vi a todos los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y no habían recibido su marca en la frente o en la mano. Volvieron a la vida y reinaron mil años con el Mesías. 5.Esta es la primera resurrección. El resto de los muertos no volvieron a la vida hasta que se cumplieron los mil años. 6.¡Feliz y santo es el que participa en la primera resurrección! La segunda muerte ya no tiene poder sobre ellos: serán sacerdotes de Dios y de su Mesías y reinarán con él mil años. (Apocalipsis 20, 4-6)