
La miniatura ocupa todo el folio. Pero como veremos en toda esta parte, las ilustraciones carecen de marco. Está dividida en dos partes, en la pate superior, Jeremías, sentado, con el báculo apoyado y con la mano en el rostro se lamenta ante Jerusalén, asediada por los ejércitos de Nabucodonosor. La ciudad se representa como una puerta cerrada y tachonada, en azul, en un decorado arco de herradura, y a sus lados columnas, arcos y contrafuertes, profusamente decorados en estilo oriental y almenas. Se representa a los defensores de la ciudad, sobre ella, arrojando piedras, lanzas y flechas. Los escudos, que también cuelgan de la ciudad son redondos, el arco es curvo, compuesto en estilo árabe. La espada, como la de la parte inferior es germánica. En la parte inferior, Nabucodonosor, armado con una lanza, se sienta en un trono. A su izquierda se representa al verdugo arrancando los ojos al rey de Jerusalén derrotado, Sedecías, con un gancho y a su derecha a otro verdugo que va a decapitar a uno de los hijos de éste. A sus pies, desnudo y retorcido se encuentra otro ya decapitado. Las imágenes transmiten gran movimiento. Sobre todo el arquero, inclinado tensando la flecha y los dos verdugos.