
Una de las representaciones de la Bestia con las que se destaca este conocido y oscuro pasaje del Apocalipsis que trata de la marca y cifra de la bestia. La bestia se levanta, en una representación poderosa, rampante, sobre sus patas traseras y como rugiendo, desde la franja que representa en rojo la tierra. Se repite el esquema que veremos en otras ilustraciones en tres franjas. Suelo, horizonte, cielo oscuro.
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11.Vi luego otra bestia que surgía de la tierra y tenía dos cuernos de cordero, pero hablaba como un dragón. 12.Esta segunda bestia está al servicio de la primera, y dispone de todo su poder y autoridad; hace que la tierra y todos sus habitantes adoren a la primera bestia, cuya herida mortal ha sido curada. 13.Realiza grandes prodigios, incluso hace descender fuego del cielo a la tierra en presencia de toda la gente. 14.Por medio de estos prodigios que le ha sido concedido obrar al servicio de la bestia, engaña a los habitantes de la tierra y los persuade a que hagan una estatua en honor de la bestia que, después de ser herida por la espada, se recuperó. 15.Se le concedió dar vida a la estatua de la bestia, hasta el punto de hacerla hablar y que fueran exterminados todos los que no la adorasen. 16.Hace, pues, que todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se pongan una marca en la mano derecha o en la frente; 17.ya nadie podrá comprar o vender si no está marcado con el nombre de la bestia o con la cifra de su nombre. ¡Vean quién es sabio! 18.El que sea inteligente, que interprete la cifra de la bestia. Es la cifra de un ser humano, y su cifra es 666. (Apocalipsis 13, 11-18)