
Se trata de una de las composiciones más complejas y vivas del beato. Con dos escenas de gran vistosidad y dramatismo. En la parte superior, como indica la leyenda que acompaña la imagen, se ve al Anticristo atacando con sus huestes la ciudad de Jerusalén en el momento de hacer pedazos las puertas; en la parte inferior el Anticristo, figurado como un guerrero de gran tamaño decapita a uno de los testigos, el otro yace ya decapitado y desnudo. Es curiosa la indumentaria de los guerreros, con sayas cortas, pantalones abombados y calzas, mientras que los fieles visten túnicas largas.
7.Cuando hayan concluido su misión, la bestia que sube del abismo les hará la guerra, los vencerá y los matará. 8.Ahora sus cadáveres están tendidos en la plaza de la Gran Ciudad, que los creyentes llaman Sodoma o Egipto, en la que también su Señor fue crucificado. 9.Y durante tres días y medio, gente de todos los pueblos, razas, lenguas y naciones contemplan sus cadáveres, pues no está permitido sepultarlos. 10.Los habitantes de la tierra se alegran y se felicitan por ello, y se intercambian regalos, porque estos dos profetas eran para ellos un tormento. (Apocalipsis 11, 7-10)