
La miniatura está realizada a folio completo enmarcado, ilustra la apertura del sexto sello al que sigue un terremoto que oscurece el sol y vuelve la luna a un color como de sangre. Es una de las ilustraciones más elaboradas en su estructura por Oveco, El área inferior de la miniatura evidencia en los rostros y cuerpos de la figura la agitación del terremoto, Oveco consigue con pocos elementos dotar a la imagen de un contenido expresionista y simbólico. En la parte inferior (la tierra) los árboles parecen agitarse, los montes que parecen moverse y los cuerpos en confusión que se apiñan bajo los montes, transmiten la idea de caos y desconcierto. En efectivo contraste, la parte superior transmite orden alrededor del círculo central en cuyo centro se sienta en su trono el Salvador. Los gestos y las miradas de Dios y su corte celestial transmiten la intensidad del momento y su cólera. Entre ambos se representa dramáticamente la luna de sangre y el sol negro y la caída de las estrellas.
12.Y seguí viendo. Cuando abrió el sexto sello, se produjo un violento terremoto; y el sol se puso negro como un paño de crin, y la luna toda como sangre, 13.y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera suelta sus higos verdes al ser sacudida por un viento fuerte; 14.y el cielo fue retirado como un libro que se enrolla, y todos los montes y las islas fueron removidos de sus asientos; 15.y los reyes de la tierra, los magnates, los tribunos, los ricos, los poderosos, y todos, esclavos o libres, se ocultaron en las cuevas y en las peñas de los montes. 16.Y dicen a los montes y las peñas: «Caed sobre nosotros y ocultadnos de la vista del que está sentado en el trono y de la cólera del Cordero. 17.Porque ha llegado el Gran Día de su cólera y ¿quién podrá sostenerse?». (Apocalipsis 6, 12-17)