Marca de de Juan de la Cuesta, impresor de la primera edición del Quijote y, en este caso, de la Jerusalén conquistada de Lope. Se trata de un centauro rampante de perfil tensando un arco y apuntando la flecha hacia el lado izquierdo. En la leyenda “Salubris sagita a Deo missa”: Dios envía la flecha de la salvación. La parte superior del centauro es de hombre y del pecho hacia abajo tiene la forma de caballo. En este caso se trata de un sagitario por llevar el arco. Se dice que disparaban con más fuerza que nadie y que comían carne cruda. En el marco también aparecen algunas figuras fantásticas: en la parte superior dos monstruos simétricos, uno a cada lado con torso y cabeza de hombre y cola de serpiente y una cara burlona en medio de los dos. En la parte inferior se sitúan dos esfinges (leona alada con cabeza y pecho de mujer), una a cada lado y también de forma simétrica.
No es la única marca de impresor de Juan de la Cuesta, pues también utilizó el símbolo de un ave fénix (véase la 1ª edición del Quijote).